Escrito por: Joseph Caceres (josephcaceres.net)
Una de las situaciones más difíciles de manejar es el éxito, cuando sederiva de la popularidad y la fama que se consigue en el arte popular, sobre todo cuando se viene "de abajo". Se puede verificar como figuras que se sitúan en la cima de la popularidad, de repente son abandonados a su suerte por el mismo público que los encumbró: El Jeffrey, Omega, Tito Swing, por solo citar algunos ejemplos del presente.
En cambio uno ve a figuras como las de Héctor Acosta, que emergió a la fama desde Los Toros Band, y al pasar de los años mantiene un nivel de popularidd invariable, que como decía en una publicación el sociólogo Cholo Brenes este fin de semana, se cimenta no solo en su calidad como intérprete, sino en valores adicionales que tienen que ver con su sencillez y carácter en su ser artistico ciudadano, a su gran capacidad de trabajo, y al hecho importante de que no se ha dejado cegar por la fama.
Esto último tiene que ver con el descenso y la pérdida de sintonía con el público que atrapa a muchos que han logrado convertirse en figuras populares.
Se olvidan de que la popularidad es un bien pasajero, y que lo más importante es consolidar, consagrar un nombre y una imagen, que puedapermanecer a través del tiempo.
Fernando Villalona y Johnny Ventura no requieren de tener un temapegado en la radio para mantenerse trabajando, porque el público que los sigue hace tiempo que aceptó y compró sus marcas y repertorios.
Muchos de los artistas, como hemos dicho al inicio no saben manejar el éxito, porque se emborrachan con él, cuando "se lo beben" de una sola sentada.
Se les nubla la razón y se les tranca el corazón por la popularidad y la fama, sin percatarse de que ésta no es propia sino prestada. De ser gente humilde y sencilla se transforman en arrogantes, engreidos, derrochadores, fanfarrones y fantoches, que se quieren llevar el mundo por delante.
Lo peor de todo es que no admiten ni aceptan consejos, y el mundoterminan llevándoselos a ellos
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