Search

ARTE NACIONAL

domingo, 15 de enero de 2012

Renovarse o morir

Iván Ruiz ha comenzado a identificar al legendario "Show del Mediodía" con el nombre abreviado.
Ahora es "Showmed", lo cual responde a una visión moderna en lo que a mercadeo se refiere.
De inmediato el tema ha provocado una controvesia, pues algunos entienden que el nombre de un clásico no debe ser alterado, pues "Show del Mediodía" es una marca que como tal debe ser preservado.
Sin embargo, hay que anotar que Iván, el productor del programa es publicista, (Posee la agencia Neuronas) y que por sus venas transitan corrientes de  permanente innovación.
El Banco de Reservas de la República Dominicana es una institución de larga data en el país, y sin embargo se vio obligado a entrar en la tendencia del nombre  abreviado y ahora es Banreservas, mientras que el Banco Popular Dominicano, es sencillamente Popular, y así pudieramos citar otros ejemplos.
Esto sin mencionar que hoy día la identidad corporativa de empresas e instituciones son símbolos.
Y hasta en ese aspecto se producen cambios y modificaciones, como se verificar en el hecho de que en Tricom "envenenaron" al perrito en su logo, y adoptaron otra simbología.
Con el Show del Mediodía o "Showmed" se produce la lucha permanente entre los que defienden el estatismo y los que propugnan por los cambios y transformaciones, sin que ello signifique la pérdida de la esencia.
Muchos añoran "El Show del Mediodía" de los años ochenta, de la época de Yaqui Núnez, sin reparar ni tomar en cuenta el hecho de que los tiempos han cambiado, y que las viejas formas y métodos, pertenecen a un pasado que sencillamente hay que recordar  con mucho cariño y nostalgia, pero que no se correspoinden con los patrones y los códigos de estos tiempos.
La televisión meridiana de esa época se cimentaba en combos y comedias, lo que con el tiempo ha cambiado.
Aunque la música sigue siendo un elemento importante dentro de la propuesta del mediodía, no así el humor de los clásicos cuadros de comedias de antes.
Lo último que había en esa vertiente era el programa "La Opción de las Doce", y definitivamente fue sacado del aire, y desapareció.
La consigna es renovarse o morir. Mucha gente debería asimilarla, y entenderla...

martes, 10 de enero de 2012

Siempre con lo nuestro

Me considero un comunicador libre de toda duda en cuanto al apoyo que siempre he brindado al arte y a los artistas dominicanos, en los 38 años que llevo escribiendo en este periódico, y en el trabajo que también hemos hecho para la radio, la televisión y los medios electrónicos.El nombre de esta columna, (la de más larga data en los menesteres artísticos), lo dice todo. Por igual el programa de radio que mantuvimos en el aire por más de 25 años con el nombre de Arte Nacional en Radio.
 Nuestro programa de televisión asumió el nombre de Merengala, para proyectar nuestra música, y la página electrónica donde escribimos a diario lleva el mismo nombre. Siempre hemos mantenido una identificación con el artista dominicano a través de varias generaciones. Por ello defiendo a los que como yo también asumen el compromiso de proyectar a nuestros artistas, en programas como "De Extremo a Extremo", "El Show del Meiodía", "El Poder de las Doce", "El Escándalodel 13", "El Kan del 4", "Divertido con Jochy", "Ay Que Noche", "La Super Revista", "Akí es la Cosa", "Yoryi Resuelve", "Sábado deCorporán", "Q/TV", y todos los demás donde se le da participación a los grupos musicales, tanto de merengue, bachata, como a los exponentes urbanos.
 Esos programas son el soporte del arte dominicano, al igual que las emisoras de radio que dedican su programación a difundir lo nuestro. Y en materia de espectáculos, el trabajo que hace Luis Medrano a base de artistas dominicanos. Y ello lo decimos porque en estos tiempos en que algunos apuestan a patrones, producciones, y presentaciones sólo de artistas extranjeros, debemos proteger y exaltar a los que proyectan lo nuestro. Nada tenemos en contra de quienes prefieren lo estranjero como parte de su negocio. Pero creemos que no se debe brindar todo el apoyo publicitario, de promoción y de patrocinio a lo de fuera en desmedro de las cosas nuestras.
Hay un gran conglomerado de artistas y de gente del medio que promueven nuestra música y vive de ella. La observacieon viene a cuento, a propósito del desdén con que en algunos medios se trata el arte y a los artistas dominicanos, mientras le abren todo el campo y el espacio a lo que viene de fuera.

viernes, 6 de enero de 2012

Puro fetiche

Escrito por:  Joseph Caceres (josephcaceres.net)
Cada fin de año o inicio del nuevo  aparecen astrólogos, parasicólogos, llamados también "psíquicos"  haciendo predicciones sobre figuras del arte y de la política, a los cuales en algunos medios se les abren espacios, tratando de llamar la atención y de acreditar lo que dicen.
Pura superchería para explotar la ignoracia y burlarse de la inteligencia de la gente. Predicciones astrológicas de uso tan viejo y desacreditado, que en estos tiempos digitales y cibernétiocos no deberían ocupar ya tiempo en ningún medio, porque se trata de un recurso engañoso desfasado , que si bien estuvo en vigencia en los años 50 y 60 no se corresponden con la época que estamos viviendo.
Pero todavía siguen apareciendo como parte de la chercha de gente ociosa. Otros que también hacen su aparición en la temporada son los llamados "fashionistas" que se cren con  derecho y licencia para enmendarle la plana a los artistas y figuras públicas en cuanto al vestir y la imagen se refiere. Critican artistas y les sugieren cambios, cuando los que hablan no predican con el ejemplo, y usted los ve vistiendo de manera poco elegante y antiguada. Los primeros que deberían hacerse una reingeniería de imagen son ellos. Es curioso que a veces solo tienen ojos críticos para quienes son vestidos o asesorados por "fashionistas" de la competencia.
Pero, al igual que los astrólogos y parasicólogos, lo que dicen los "fashionistas" se despliega en la prensa y en los medios, como un recurso para alimentar la  morbosidad de la gente y la "boca de la farándula" que es bastante glotona, como todos saben. Bueno sería si en vez de predicciones de los astrólogos y recomendaciones de los fashionistas, surgieran y se publicaran opiniones de expertos sobre lo que artistas y gente de la televisión deben cambiar  para ser mejores. Que se dieran consejos a los cantantes que gritan, para que bajen el tono cuando cantan, porque lo que hacen no se usa.
Que algunos cambien su línea de arreglos  y hasta de geeneros musicales.
Que se enfoquen en satisfacer exigencias del público de este tiempo, y no continuar insistiendo en métodos de los ochenta. Que los productores de programas dejen de creer que colocando en el set un televisor de plasma ya están haciendo una televisión moderna. Que aprendan el ritmo, el "timing" que debe haber en cada segmento y olvidarse de las  insufribles misas "concelebradas" que a veces montan, como si estuvieran solos y la gente no dispusiera de control remoto. En fin, son muchos los consejos que serían más importantes y necesarios que los de astrólogos y "fashionistas" alcahuetes que todos los años aparecen con su dicharachería.

lunes, 2 de enero de 2012

Nostalgias del pasado

Escrito por:  Joseph Caceres (josephcaceres.net)
Los clubes latinos  de Nueva York con grandes salones de los 80 pertenecen a un pasado nostálgico, que algunos recordamos con cariño y un dejo de pesadumbre a la vez.
El agridulce sabor de una época  irrepetible en que las orquestas de merengue abarrotaban con miles de personas salas como Happy Hills Casino, Estudio 84, Las Vegas, Fuego Fuego, Trocadero, y cualquier otro nombre que asumían como parte de su identidad en una época.
Eran tiempos en que hasta ocho orquestas viajaban completas a participart del Carnaval del Merengue que organizaba José Tejeda, en los grandes teatros de Nueva York, como el Madison Square Garden, Radio City Music Hall, Lincon Center, Carnegie Hall. Que luego de tocar en  el evento amenizaban fiestas bailables en los principales clubes, con aforo de hasta dos mil personas, provocando una efervescencia que no era ajena a los diarios y canales americanos, que realizaban reportajes sobre la música dominicana, como era el caso del Daily News, the New York Time, y canales como el 7 de la cadena ABC. Eran los años dorados del merengue,  de cuya siembra todavía los que quedan están viviendo, si reparamos en el hecho de que todos los exponentes del género que mantienen vigencia provienen de esos años, sin haber propiciado un relevo generacional. Difícil le resulta a los nuevos encontrar espacio en un mercado atomizado, donde los grandes clubes de Nueva York han desaparecido para dar paso a los denominados "lounge", que se llenan con un centenar de personas. Lo único que le ha quedado es el United Palace, un teatro que opera como una iglesia.
Con el agravante de que hay merengueros que viajan solos a Nueva York, dejando a sus músicos en Santo Domingo, por un tema de economía en pasajes y estadía. Prefieren tocar con una agrupación expresa formada por músicos residentes en Nueva York que han ensayado el repertorio, lo cual si bien es cierto disminuye los costos, del mismo modo menoscaba la imagen de la orquesta.
Hay líderes de agrupaciones que no aceptan giras bajo esas condiciones, pero no todos pueden asumir una actitud de orgullo. Necesitan de la plaza de Nueva York, aún en condiciones tan precarias como las que se ofrecen en estos tiempos.
"Para todo perdido, algo ganado", razonan los que aceptan viajar sin sus músicos.
Bastante problemas ya confrontan aquí con los organizadores de espectáculos de tarima, que prefieren a un rapero con un disc jockey, en vez de una orquesta compuesta por 15 músicos.