Momento de música urbana

05:30 PM - 18 Agosto *-. La revista Forbes publicó un artículo en la cual hizo una lista de cuáles son los intérpretes de "hip hop" más adinerados, calculando la facturación anual de cada uno. Asombra los millones que facturan los cantantes urbanos norteamericanos, casi todos con sus propios sellos discográficos, que para nada necesitan de las multinacionales del disco.

Si nos vamos a Puerto Rico, se puede apreciar como los principales exponentes del género urbano, son todos millonarios, con un mercado internacional respetable y que al igual que sus colegas gringos, tienen sus propias empresas y casas disqueras. Es decir, que lo que en el pasado fue un sueño para los artistas clásicos (baladistas, salseros, merengueros), para ellos es una realidad. Cuentan con su estructura propia de promoción, comercialización e imagen. Atrás quedaron los promotores y agentes explotadores.

Ello representa un cambio drástico y radical en el negocio, demostrando que los artistas callejeros han sido más eficaces que los tradicionales, que tienen que depender de casas disqueras mañosas y truqueras, y de algunos empresarios marrulleros que siempre terminan engañando a los artistas. Llegado a este punto no es ocioso echar una mirada a lo que acontece en el mercado local.

A diferencia de los reguetoneros boricuas, que han asumido un mercado apreciable en el ámbito internacional, merced a un adecuado mercadeo y promoción, los de aquí se debaten en escándalos y nimiedades que no ayudan al movimiento. Omega no sale de un escándalo, y los demás se contentan con ser artistas de "cars wash".

Deberían aprovechar que una empresa como la Cervecería Presidente les ha dado un impulso extraordinaro al tomarlos para su campaña de verano.

Los merengueros tradicionales que eran los que siempre tocaban en las promociones de verano fueron echados a un lado, para tomar a los exponentes del hip hop criollo. El eslogan de "El verano todo lo mueve" de la campaña promocional verdaderamente ha movido a los exponentes urbanos del país. Ya Acroarte y el premio Casandra los está premiando. Ahora falta que hagan de su música un producto comercial, de exportación, como han hecho los boricuas. Si se quedan en el patio, como las viejas barriendo escombros, no van para parte alguna.