
Muy pocas son las que se mantienen en el formato tropical, prefiriendo adoptar una pauta de balada pop y urbana.
La situación coloca en serias dificultades a los cultivadores del género, que requieren de la radio para potenciar su música y consecuentemente motorizar sus actividades.
Ante la carencia de los medios tradicionales, hay quienes se refugian en la internet y medios no convencionales, amparándose en la promoción callejera.
Recordamos que en los años nuestrá música alcanzó sus mejores momentos de brillo y esplendor, en gran media apoyada por el trabajo de difusión de las estaciones de radio, en su gran mayoría oeintada a lo nuestro.
Eran tiempos en que paradogicamente se atacaba a los locutores y programadores con el tema de la payola, y poco se valoraba el aporte que hacía la radio para la sustentación de las grandes figuras del merengue y la balada.
Hoy día muchos anhelan esos tiempos, al encontrarse con la realidad de una radio extranjerizada en su pauta programática, en la que el predominio lo ejercen los artistas y la música extranjera.
Esa situación es la que explica que el merengue se haya pasmado en cuanto al surgimiento de nuevas figuras, y que las tradicionales no avancen y se mantengan en un proceso tambaleante.
Se hace difícil vivir del merengue, pena debe dar.
Así son las cosas, y los tiempos.
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