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ARTE NACIONAL

viernes, 1 de abril de 2011

Guardianes de sepulcros

Coincido con Miguel A. Rivera, ex presidente de la Asociación de
Cronistas de Arte, en el planteamiento que hizo en el momento en que
se procedía a contar los votos para elegir a los ganadores del premio.
El Casandra en su origen fue creado como un premio al trabajo
sobresaliente de los artistas durante  un año.
Sin embargo de manera paulatina se ha ido alimentando la  creencia de que es una premiación orientada a exaltar viejas glorias.
Con el problema de que algunos  tienen más de viejo que de gloria, pero aquí se ha hecho proverbial que todo lo que ha resistido el rigor
del tiempo hay que premiarlo y condecorarlo, aunque su obra no posea el valor que se le atribuye, lo cual no es más que parte de un fetiche en el tránsito hacia la inmortalidad en que todo el mundo cree estar en el arte. Lo cierto es que hay en fila esperando turno una caterva de artistas a los cuales Acroarte y su premio deben por obligación homenajear y exaltar, conforme a lo que se escucha a veces como aparte de campañas mediáticas, como si ello fuera una obligación de los periodistas de arte.
Un premio que en esencia fue creado para los más destacados del año, de repente se le ha estado llevando a convertirse en un evento parareconocer trayectorias.
En todas las premiaciones importantes  hay un espacio destinado a
reconocer viejas glorias, como debe ser.
El problema radica cuando se pretende  mover hacia ese lado la
balanza, por el tema de que el tiempo se acaba, y muchas figuras merecen que se les reconozca en vida.
Pienso que nada tiene de agradable hacer el papel de sepulturero, o
convertirse en guardián de algunos sepulcros blanqueados.

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