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ARTE NACIONAL

jueves, 24 de noviembre de 2011

Después de Güibia, qué?

Escrito por:  Joseph Caceres (josephcaceres.net)
Compartimos la observación que hace la Asociación de Dueños deHoteles, Bares y Restaurantes en el sentido de que el Ayuntamiento delDistrito Nacional debe cotinuar la rehabilitaciíon de lugares que seencuentran abandonados en el malecón de la capital , y que en plenouso van a contribuir al realce y belleza de la zona.Hay que ver la vitalidad que alcanza la remodelada plaza de Guibia, enel día y en las noches. Pero hace falta que se haga lo propio con elMonumento a Montesinos, el parque Eugenio María de Hostos y el otroraTeatro Agua y Luz, el cual definitivamente fue nuevamente abandonado asu suerte, pues la empresa que tenía el contrato decidió no proceder asu remodelación.Hay demasiados intereses en torno a la vieja estructura que para peorde sus males ahora ha sido invadida por choferes de transporte públicoque lo usan como garaje y taller de sus unidades.Se está permitiendo esa barbaridad y luego van a alegar derechosadquiridos , y para sacarlos de allí se va a repetir la historia deque habrá que hacerlo a bombazos limpios, porque Juan Hubieres y sugrupo se van a oponer rabiosamente al desalojo, como ya han hecho enotros sitios.Esa zona del Centro de los Héroes de seguro que lograría otra imagen,como centro de entetenimiento, teniendo de frente al Maunaloa, y aFantasy, que conjuntamente crearían una corriente de público y deturistas, que mucha falta hace a la capital.Con la zona colonial no se puede contar, por las limitaciones y laoposición del cardenal, quien al parecer prefiere que la vieja ciudadse mantenga apegada a sus orígenes de los tiempos de la colonia, sinlugares de entetenimiento, que rompan con la paz sepulcral del PanteónNacional, la catedral y los templos históricos.
La única zona despejada que se presta como altrnativa para un grancentro para el entretenimiento nocturno, sin molestar a nadie, (esocree uno) es el Centro de los Héroes, en la parte del Agua y Luz,porque así fue concebido desde la Era de Trujillo.Aunque algunos pretendan satanizar la diversión nocturna,considerándola centro de todos los males, una ciudad sin vida nocturna, se muere, languidece, aleja a los turistas, y a los dominicanos que,por tradición, cultura y su misma naturaleza, nos hemos identificadoante el mundo como un pueblo alegre, aunque muchos quieran hastarobarnos la alegría para no dejar nada.

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