El merengue en los tiempos del "Cólera"

Se habla de que no hay relevos generacionales en el merengue y que las figuras que predominan en la música son las mismas de los años

ochenta.

 No se repara en el hecho de que en el negocio de la música se han operado transformaciones dramáticas que hacen virtualmente imposible repetir los esquemas que predominaban en esa época.

Empezando por la radio, que fue la forjadora de los éxitos musicales que posibilitaron la fama y la popularidad de todos los merengueros que alcanzaron vigencia en esos tiempos.

 Paradógicamente en esa época hubo gente que asumió una actitud de denuncia y de confrontación contra la gente de la radio, por el tema de la payola, dejando de lado el aporte significativo que la misma hacía para el mantenimiento del género en los primeros lugares de popularidad.

Con tantas emisoras con programación tropical los temas se convertían en éxito hasta por inercia, lo cual no ocurre ahora con la radio segmentada y dividida entre las que colocan baladas pop, rock, música urbana, salsa,  las habladas, y las de orientaciíon cristiana.

No están las casas disqueras ni los empresarios que apostaban al merengue.

Ni tampoco las discotecas donde se presentaban los bailables cualquier día de semana.

El mejor ejemplo de lo difícil que resulta hoy en día proyectar y sustentar a una nueva figura  del merengue lo tenemos en el joven

Rafeli Rosario, hijo del merenguero Rafa Rosario, en el cual según se

sabe se invirtieron 5 millones de pesos en procura de insertarlo en el mercado, pero los dueños del proyecto musical se agotaron en el intento.

No es cualquiera que se arriesga a realizar una inversión como la señalada en procura de crear una nueva figura en el merengue, frente a condiciones tan adversas y diferentes a las que predominaban en otros tiempos.

 Los que "satanizaban" la radio de los ochenta ya desearían que volviera de nuevo, con sus disc jockeys y programadores entregados a la causa del merengue.