
estaciones de radio ilegales, sobre todo en el interior del país. Es una práctica recurrente la de personas que viven de eso. Improvisan un equipo que sale al aire de manera ilegal, y lo primero que hacen es montar una campaña de promoción gratuita y no solicitada en favor del candidato oficialista. Es difícil que en plena campaña electoral se saque del aire una emisora ilegal que está promoviendo al candidato del gobierno.De esa manera, si el candidato oficialista gana, los piratas se ganan"el derecho" a que los legalicen, les abran espacio en el dial aunque esté lleno, como se ha visto el caso de que luego son reubicados y autorizados a operar.Ese proceder provoca la arrabalización del dial, con estaciones deradio que interfieren a las que transmiten con autorización y en unafrecuencia asignada.Lo penoso es que muchas veces no es gente extraña la que hace eso.Hay políticos, pero también senadores y diputados detrás de la señalada treta. Gente que es la responsable de las leyes, apadrinando la ilegalidad para sacar ventajas. No sería de extrañar que dentro de los beneficios establecidos a los senadores y diputados, se consigne que aparte de dos jeepetas, el salario de lujo y los viáticos, cada uno tenga derecho a tener una estación de radio en su provincia o pueblo de origen, para llevar"educación" y "sana información" a su gente, no importa que ya existan en cada pueblo una docena de radioemisoras.
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