La Asociación de Cronistas de Arte debería eliminar la practica depedir a los artistas que envíen a final de año su resúmen de actividades para que puedan ser evaluados en las asambleas de nominaciones de los premios Casandra.
Si bien es cierto que ese recurso servía de algo en el pasado, en
estos tiempos de internet ya no se justifica.
Con solo poner el nombre de un artista en Google se puede tener un resúmen de todo lo que hizo en el año, de manera detallada y documentada.
No porque lo diga el artista de manera interesada, sino porque aparecen las críticas, la publicidad, los recortes de prensa, las fotografías y hasta los videos.
No es posible que para que un jurado conozca los videoclips que se han filmado en el país se tenga que enviar muestras a la oficina de
Acroarte, cuando son trabajos que se pueden ver en la televisión y que por lo general también están en Youtube.
Además, se supone que un cronista de arte debe ser una persona bien
informada en materia de arte, sobre todo en un medio tan pequeño como es el nuestro, donde se puede saber con facilidad todo lo que cada quien hace o ha hecho.
La petición de que los artistas envíen un folder con un resumen de sus actividades es algo obsoleto, que le resta carácter a la premiación.
Por ahí no es que está el asunto.
Dicen que "no hay peor sordo que el que no quiere oir", que me parece es el caso de muchos cronistas de arte que por conveniencia e
intereses, a veces se hacen los ciegos, mudos y sordos cuando no
quieren reconocer el trabajo de alguien, como sucede con frecuencia.
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