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ARTE NACIONAL

jueves, 17 de febrero de 2011

Clonadores del arte

Solo hizo el juvenil Prince Royce emerger como intérprete exitoso de la bachata urbana para que de inmediato los copiones y clonares musicales le salieran al paso tratando de aprovecharse de un muchacho que apenas empieza su carrera con gran acierto, como resultado de su taleto y del equipo que de manera magistral le trabaja. Con apenas dos temas musicales que se han convertido en éxito en la radio, y que le han valido nominaciones y actuaciones en el Grammy, Billboard y en los premios Casandra, Prince Royce ya está siendo victima de gente en el arte que asume una actitud parasitaria tratando de nutrirse y aprovecharse de la fama de un artista que se encuentra dando sus primeros pasos en el mundo del arte y del espectáculo.  Pienso que es una actitud vergonzosa, propia de cantantes mediocres, el estar al acecho de los éxitos musicales de otros artistas, para tratar de enganchar con el público aprovechado la creatividad, el impacto y la fama de otros. Buscan así el éxito en base al menor esfuerzo sin percatarse de que ello suele conllevar a un éxtasis pasajero. Se olvidan de que los verdaderos creadores, con su ingenio y creatividad, son los que definitivamente perduran. Ahí tenemos de ejemplo y referencia a Juan Luis Guerra, que ha paseado su arte por el mundo llevando su propio equipaje musical, al igual que el grupo Aventura. En el país lo que más tenemos son compositores con talento, que muy bien pueden generar los temas y la música necesaria para suplir el mercado.
Sin embargo vemos como cantantes locales se mantienen al acecho de los éxitos de otros para "versionarlos" con intenciones de imponerse con ellos en la radio a como dé lugar. Actúan de ese modo como los grupos "copy band" que cantan en los hoteles imitando a los artistas originales. Los turistas y huéspedes se los encuentran muy bien, pero la gente que conoce a los verdaderos creadores de los éxitos que interpretan los ven como simples copias que  no trascienden a un plano de importancia en el arte. Se cumple aquello de que nunca segundas partes son buenas, aunque a veces hay excepciones, debemos admitirlo A eso apuestan los clonares de estilos y canciones, que a veces llevan al extremo  de creerse con los créditos y méritos necesarioas para  con sus copias merecer hasta premios. Se aprenden muy bien la actuación y el personaje.

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