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ARTE NACIONAL

jueves, 4 de noviembre de 2010

El triste caso de Jimmy Bauer

El caso de Jimmy  Bauer ha puesto sobre el tapete nuevamente el tema del lavado en la farándula, del cual muy poca gente del medio ha hablado.
El artístico es un medio que se presta mucho al manejo de dinero sucio.
Discotecas que están abiertas, sin que la actividad que realizan
genere lo suficiente para mantenerse operando.
Programas de televisión que no facturan.
Orquestas con nóminas estelares donde los cantantes y músicos se
mueven en vehículos de lujo sin que la agenda de actividades lo
produzca.
Artistas que se promueven a la usanza de los años ochenta.
Megadivas de la televisión que no ganan lo suficiente para comprar los vestidos ni las prendas que exhiben.
Discos que suenan en la radio con un presupuesto de promoción astronómico.
Periodistas que les hacen el juego  los carteles defendiendo sus intereses y sus artistas, incluyendo postulaciones para premios.
Si seguimos hacemos la lista muy larga.
De esto no se dice y no se habla, porque el único culpable de todo lo
que ocurre es Jimmy Bauer.
Como si fuera poco, quien se atreve a tratar el tema es amedrentado, censurado y excindido del medio, porque hay asuntos que son
“sagrados”, “intocables”,  porque  son los que le sirven de adorno a
la palanquita del inodoro.
No en vano algunos han acuñado la frase de que cuando la droga fue
sacada de los clubes latinos se cayó el negocio del espectáculo en
Nueva York, pues hay quienes lo consideran un mal necesario, y
cualquier medida de corrección, constituye un atentado a la actividad
económica de alguna gente.
Mientras tanto, el único culpable es Jimmy Bauer.
Asiemabueno!

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