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ARTE NACIONAL

martes, 2 de noviembre de 2010

El éxito de un gran musical


Los musicales que hoy día se presentan en el país han venido a llenar el vacío de las grandes producciones teatrales de otros tiempos.
En ellos se puede ahora medir y ponderar el talento de los dominicanos en el quehacer escénico, en una vertiente compleja y difícil, pues en una sola pieza se conjuga la actuación, el canto y el baile. El montaje de Chicago, bajo la producción de Amaury Sánchez y la dirección artística de María Castillo no podía ser más auspiciosa, relevante, elegante  y bien montada, lo que le confiere a todo el elenco y al equipo en conjunto la categoría suficiente para ser elevados a planos de excelencia. Un musical basado en hechos reales del Illinois de 1924 que es la obra cumbre de Bo Elizabeth Crooke se lleva las palmas con el montaje de la coreografía de uno de los musicales de Broadway más singulares y emblemáticos, por su caracter de vaudeville, que se acentúa en el burlesque, por su danza jazz y la moderna plasticidad que demanda en sus movimientos, y la ironía de  su trama. El vigor y la vistosidad de sus bailarines en movimiento, a manera de “leit motiv”, llevando sobre sus hombros, brazos y piernas, toda la movilidad, la destreza y la elegancia que requiere un musical como Chicago. El acierto de María Castillo en la dirección escénica, poniendo en juego a los personajes hablan muy bien de su experiencia, capacidad y conocimiento, trabajando en algunos casos con figuras que no tienen na base ni una formación teatral, como es el caso de la sorprendente Denisse Quiñonez, una ex reina de belleza puertorriqueña que muy bien se pudo conformar solo con ser bonita, y que sin embargo hace un despliegue de posibilidades que dejan a cualquiera con la boca abierta en su rol de Velma Kelly. De Carolina Rivas hay que decir que llega a Chicago con unatrayectoria acreditada, a partir de la cual se crece en su papel de Roxie, asumiendo un desempeño que le permiten lucirse en el carácter que encarna.
La ponderación y acreditación es extensiva a Héctor Aníbal como Billy Flynn, a Frank Perozo en su Amos Hart, Lidia Ariza como Mami Morton, Martha Guerrero como Mary Sunshine, y al anunciador y fiscal Ernesto Báez, como la parte más prominente en el rol de producción. Chicago es el décimo musical montado por Amaury Sánchez, con un despliege y una categoría que siempre ha sido elogiada por los celosos
propietarios de los derechos  de esas grandes producciones.

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