Bailando carabiné en NY

El dato de que el 80% de los 400 miembros de la Asociación Nacional de Supermercados de Nueva York  son dominicanos, habla bien claro de la importancia que han adquirido los comerciantes criollos en esa plaza cosmopolita.

El poder que ello le confiere a los bodegueros dominicanos no es apreciado en su justa dimensión, pese a la influencia que estos ejercen en la movilidad económica de la urbe, y los beneficios de que la misma traduce para el país, la cual se puede equiparar a las remesadoras, una de las grandes generadoras de recursos para nuestra nación.

Para colocar cualquier producto de manufactura dominicana en ese mercado, hay que contar con los llamados bodegueros, quienes han sido los principales aliados hasta para  la venta de periódicos dominicanos en la ciudad.

Cuando hablamos de que la influencia y la importancia de los supermercados  regenteados por dominicanos, no es apreciada en todo su valor aludimos al hecho de que los centenares de centros de abastecimiento y venta de alimentos se constituyen en los mejores enclaves para llegar a los millares de dominicanos  en la urbe. Con ellos hay que contar en cualquier proyecto o campaña dirigida a la comunidad dominicana de Nueva York.

De igual manera resulta chocante y contradictorio el hecho de que siendo los comerciantes y consumidores dominicanos un sector tan importante en la plaza, algunos medios de comunicación, controlados por cubanos y boricuas, traten tan mal a nuestra gente.

Uno escucha la radio hispana de Nueva York llena de anuncios de establecimientos dominicanos, propaganda de bailes y de espectáculos que pagan tarifas caras, y sin embargo le dan con el pie a nuestra música y a nuestra gente, en una actitud de menosprecio que realmente no se comprende.

Parecería que los dominicanos solo somos buenos para aportar a la economía de la urbe, no para recibir los beneficios de entidades  donde sobradamente nos hemos ganado, por lo menos una actitud, de consideración y de respeto.