Resulta sorprendente el auge que han alcanzado las actividades artísticas que se desarrollan en el país. Los productores de espectáculos no solo tienen problemas para conseguir fechas en el Teatro Nacional, debido a su ocupación con un año de antelación, sino también por el hecho de que tienen que circunscribirse a las que ya apartaron . Si las funciones resultan un éxito a lleno total, no tienen posibilidad de repetir y abrir más presentaciones. En la mayoría de los casos no solo hay que disponer de los días propiamente de las funciones, sino también para el montaje y los ensayos, como es el caso de los musicales y las grandes obras teatrales, que demandan un aparataje de escenografía, utilería, luces y equipos.
Hay una sola sala para todo tipo de actividades incluyendo los conciertos populares. El Teatro Nacional fue diseñado en esencia para las bellas artes, pero a veces las actividades del género no encuentran allí fechas porque están ocupadas por espectáculos y shows populares que muy bien pudieran hacerse en el teatro La Fiesta del Hotel Jaragua. Con la remodelación del auditorio de Bellas Artes por lo menos los artistas de las artes clásicas han encontrado un escenario adecuado para sus montajes. Ahora bien, donde el creciente auge de las actividades artísticas está haciendo crisis es en el Palacio de los Deportes, el único recinto de amplia capacidad que se puede en la capital utilizar para conciertos de artistas populares.El mismo fue dotado de aire acondicionado, pero ultimamente pasa más tiempo con su aire dañado que en concodiones para ofrecer buen servicio, lo que tiene a los productores de espectáculos al garete.
Algunos hasta se han embarcado en reparaciones del mismo por su cuenta, para salvar algunos espectáculos que han traído, pero el problema persiste.Hace tiempo que la capital requiere de una arena moderna, diseñada no solo para los deportes, sino también para las actividades artísticas, como la tiene Santiago.
La cantidad de eventos y actividades, los espectáculos y conciertos costosos que aquí llegan, demandan un local con una capacidad de aforo adecuada, y en condiciones para dar un buen servicio al público. No es posible que una persona pague 5 mil y 7 mil pesos por un asiento en una área VIP para “quemarse” del calor, en un ambiente soporífero, que no le permite disfrutar del espectáculo, como acontece en el Palacio de los Deportes.
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