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ARTE NACIONAL

jueves, 14 de octubre de 2010

Ante un reclamo de Sergio


Sorprenden las declaraciones del merenguero Sergio Vargas en el sentido de que el Estado es el que tiene el deber de asumir la responsabilidad de rescatar el merengue, que en los últimos años luce alicaido en su versión tradicional.
Vargas pertenece a una generación de cantantes que se han convertido en millonarios con el género, pero que han hecho poco para mantenerlo y sustentarlo, En los últimos años se han mantenido desarrollando una labor rutinaria, explotando y viviendo de lo que sembraron con el merengue en el pasado.
Eso de venir ahora a pedir la intervención del gobierno para que aplique leyes que contribuyan a rescatar el merengue es una barbaridad, un desliz de Sergio, como si por gestiones estatales se pudiera lograr que el público vuelva a tener hacia el ritmo el mismo fervor de antes, que las disqueras  apuesten de nuevo a nuestra música, y que los Grammys Latinos  lo vuelvan a considerar en sus renglones de premiación.
Si bien es cierto que desde el estado se deben  aplicar políticas en favor del arte y la cultura, no menos es que en modo alguno puede convertirse en un ente gestor de actividades comerciales, como lo es la que envuelve al merengue.
El gobierno no es culpable de que el público no acuda en la proporción de otros tiempos a los bailes, que  la gente respalde otros géneros en la radio  o que se descante por el denominado merengue de calle.
El rescate del merengue y un renovado fervor del público hacia el mismo, debe provenir de los mismos artistas que se hicieron ricos  tocando su música.
Algunos de los cuales, por cierto,  (Johnny Ventura y el mismo Sergio), han pasado por el congreso, y ningún proyecto de Ley o iniciativa en favor del género se propusieron, desde la posición de diputados que ostentaron.

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