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ARTE NACIONAL

domingo, 18 de diciembre de 2011

En la era de los televisores de pantalla plana

Escrito por:  Joseph Caceres (josephcaceres.net)
La tendencia en auge en las compras de las tiendas deelectro domésti cos apunta hacia los televisores de plasma, de LCD y de pantallas Led.
Tres sistemas que procuran lo mismo: Incrementar la calidad de imagen, haciendo posible la recepción de canales de alta definición.
Los televisores  convencionales denominados "de barriga" van quedando como productos de consumo para los más carenciados, debido a que aún cuando los de pantalla plana han bajado considerablemente de precio, todavía no están al alcance de la mayoría, aunque los planes de financiamiento que se ofrecen facilitan enormente su adquisición.
Muy bien, ya tenemos la tecnología y la gente con la fiebre de los televisores planos generando compras asombrosas en las tiendas.
Se trata de una tendencia que se incrementa.
Pero pienso que del mismo modo los productores de programas deben introducir mejoras en sus escenografía y utilería.
De nada vale que la teleaudiencia posea televisores con capacidad HD para seguir viendo en ellos programas mostrencos, con escenografía pintadas en cartón piedra, y un set de muebles de palitos de esos que se consiguen en las mueblerías por intercambio.
O que el sistema de luces en el estudio  sea deficiente, y las cámaras
no estén adecuadamente balanceadas, lo que se traduce en una pésima señal, pues no hay que olvidar el detalle de que la tecnología de los
televisores de ahora, así como incrementa lo bueno, hace lo propio con lo malo.
El problema grave está en que aquí hay  mucha gente sin criterio haciendo televisión, sobre todo en los denominados programas de comentarios o de panel.
Virtuales "ventorrillos" para "picar" anuncios del gobierno, que no
hacen más que llenar el espectro de programas innecesarios, que no cumplen función alguna, y que por el contrario contaminan visualmente el ambiente. Pero algo va a quedar  claro, y es que la camioneta que está sustituyendo a la carreta, irá dejando en el camino a todos aquellos que no sean capaces de marchar al ritmo del tiempo.

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