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ARTE NACIONAL

viernes, 31 de diciembre de 2010

En los Albores de un nuevo decenio

Estamos en los albores de un nuevo año y de igual modo de otro decenio. Y resulta curioso observar el hecho de que en la música, el espectáculo, la radio y la televisión hay gente que no advierte los cambios que se están generando en el gusto, el comportamiento y las actitudes de la gente.
Sobre todo con la juventud, que se dice representa el futuro, pero debe ser asumida como la realidad de hoy día.
Es patético el caso de tantos jóvenes que para nada quieren saber del merengue, de los exponentes tradicionales del género, pero que por igual detestran las estaciones de radio tradicionales y de música tropical. Son muchos los jóvenes que prefieren el sonido de la calle, la bajada de la música de las computadoras, la "quemadera" de CD y el I-phone y aparatos de MP3 para escuchar sus canciones sin interrupciones ni comerciales.
Hay canales de televisión que los jóvenes asumen que sin para "viejos".
En vez de respetar a las figuras tradicionales de la canción popular, se gozan con la descalificación y hasta el irrespeto. Tan diferente a uno que creció apreciando los cantantes y las canciones que eran las preferidas de nuestros padres y abuelos. Uno aprendía a valorar intérpretes como Jorge Negrete, Daniel Santos, Lucho Gatica, Carlos Gardel, el cine y las canciones mexicanas, porque le gustaban a nuestros padres.
En estos tiempos, quién le hace a un muchacho valorar a Lope Balaguer, a Francis Santana o Luchy Vicioso? Se dirá que es comprensible la existencia de la brecha generacional en estos tiempos, donde la tecnología y la era digital llevan el mundo tan a prisa, pero a donde quiero llegar es que los esquemas que prevalecían en otros tiempos han agotado irremediablemente su ciclo de existencia. Hay gente que no se ha preparado para ello e insisten en repetir los mismos patrones y propuestas con las que lograron sobresalir en el pasado.
Algunos cumplieron su "cuarto de hora" y no se han dado cuenta, cayendo en una situación hasta cierto punto penosa. Soplan nuevos vientos, viene un nuevo año y un nuevo decenio.
No es posible transitarlo por los laberintos del pasado ni con los pies descalzos.

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